«Triste y sola, / Sola se queda Fonseca, / Triste y llorosa / Queda la Universidad. // Y los libros y los libros / Empeñados en el monte, / En el monte de Piedad.»
Al hablar del Monte de Piedad y de Santiago, lo primero que recordamos es la bellísima y evocadora canción de la tuna titulada Fonseca.
Promovido por la RSEAP de Santiago, fue inaugurado junto a la Caja de Ahorros el 1 de febrero de 1880. Se domicilió en el ex convento de San Agustín y luego en la plaza de las Ánimas y Casas Reales.
Su poética era humanista. Su fin el de promover la economía y el ahorro y atender a las clases sociales más humilladas. En las operaciones de préstamos a las personas que lo precisaran se admitían como garantías alhajas de oro y plata, joyas, telas, ropas, útiles de cocina, ajuar de calidad y libretas de las Cajas de Ahorro.
En 1888, año de referencia de La Casa, el Monte de Piedad hizo 7.006 operaciones de empeño y 6.585 de desempeño.
El Monte de Piedad estuvo muy presente en la vida compostelana del tiempo de La Casa, y era un motivo cercano al ambiente estudiantil; del mismo modo que otras casas de empeño. Lugín nombra a «don Nicanor, el judío de la calle de Ante Altares».
Matías Membiela Pollán