Abogado. Nació en Vivero en 1819 y falleció en Zamora en 1891.
Hago una salvedad. En la ciudad alta de Coruña, a la vera de la casa Cornide, que es hoy propiedad de la familia Franco, y en un antiguo caserón hay una placa que asevera que Trelles Noguerol nació en este lugar. En lo que interesa, y dejando para otro punto el pueblo en donde nació, Trelles Noguerol fue un conocido, ¿amigo o referencia?, de don Alejandro; como advierto a continuación.
Don Luis estudió Leyes en Compostela y fue periodista y diputado. En su biografía destaca su filiación carlista y su intensa fe católica que fue la que le impulsó a fundar la Adoración Nocturna en España y las Conferencias de San Vicente de Paul en Santiago; a cuya labor, según escribe Lugín, también estaban dedicadas doña Segundiña y Carmiña.
Parrafea don Alejandro que cuando Augusto y Gerardo se encuentran por casualidad con la mujer de don Ventura y la Carmiña amada y bonita en las cercanías de Bonaval, Rúa del Rosario, se dicen: «—¿Y luego, qué milagro ustedes por aquí? —preguntó Augusto a las damas. || —Milagro, nosotras, ninguno —contestó doña Segunda—. Si acaso, ustedes. ¡Sabe Dios a dónde irán por estos andurriales! || —A ningún sitio malo, doña Segundiña. Le andamos entreteniendo el aburrimiento [...] || —[...] Pues nosotras estamos haciendo la visita de la conferencia de San Vicente, que nos tocó de pareja esta semana [...]».
Repito. En lo humano don Luis Trelles, personaje muy respetado y conocido, es más que posible que sea uno de los paradigmas en el que Lugín se inspiró para perfilar la personalidad del coronel don Laureano de Castro.
El motivo de la Adoración Nocturna compostelana que tuvo una tonante presencia en Santiago, y el motivo de los foros en el que también estuvieron inmersos don Luis Trelles, el conde de Pardo-Bazán, don Jacobo Gil Villanueva y el magistrado don Miguel Antonio Membiela Salgado pueden ser dos de los impulsos que condujeron a Lugín hacía el carlismo referencial y su respeto por las instituciones religiosas y catedralicias. Por todo ello, y porque en su novela no se hace crítica de la Iglesia, recibió el apelativo de escritor católico, bien que, cito de memoria, en uno de sus relatos don Alejandro se incluya en esta filiación y en otro y hablando de las Juventudes Católicas, las ensalce y cite a varios de sus componentes: Valle-Inclán, los Besada, Brañas, el mismo don Alejandro...
Don Luis Trelles siempre abundó en el carlismo, pero también colaboró con los políticos y profesores: Carracido, Neira de Mosquera, Cociña y Faraldo.
Añado a lo anterior, la presencia del señor Elícegui o Eleizegui en el funeral de don Alejandro. Este señor perteneció a la rama santiaguesa de la Adoración Nocturna que en 1882 se consolidó con la intervención del cardenal Payá y Rico en la iglesia de San Martín Pinario, antes de que pasara a la de San Miguel.
Hago la salvedad del Kempis, libro de inestimable uso personal que es muy citado en el XIX y está muy relacionado con la Adoración al Sagrado Corazón de Jesús, la Cristología, las Juventudes Católicas, los tradicionalistas y el carlismo. Este antiguo y presente libro de ascesis en el tiempo al que me ciño, que en la práctica corresponde al lapso en que Lugín madura la novela, la escribe y la imprime, fue regalado o leído por personajes tan diferentes como Alejandro Sawa, Picasso, Cansinos Assens, Unamuno, Max Jacob, George Eliot, Amado Nervo, Ortega y Gasset, Juan Ramón Jiménez, Vicente Urrabieta, Luis Trelles..., y el coronel carlista don Laureano de Castro, padre de la protagonista Carmiña.
Lucindo Javier Membiela
*Extraído del glosario a la Edición Mayor de La Casa de la Troya, de próxima publicación.