Fue uno de los dirigentes de la Tuna Compostelana y su presidente en 1888. Su radicalismo masónico y liberal no le hizo ningún bien a la deseable coyunda entre la tuna y la sociedad compostelana. Acevedo, colaboró de manera significativa en el periódico Café con Gotas y en el año 1888 inició el periódico Pero-grullo, prohibido de inmediato por el vicario Guisasola. Alguna de las gratas fotografías de aquella antigua Compostela fueron echas por este conocido tuno.
En la Compostela del XIX se hacían notar los estudiantes de origen cubano, argentino, portorriqueño e hispanoamericano en general. Entre ellos destacaba Manuel Otero Acevedo, que como hijo natural nació en 1865 y que estudió la carrera de Medicina, convirtiéndose al paso del tiempo en un neurocirujano de prestigio.
Don Manuel quedó para siempre consagrado por haber sido presidente de una de las tunas de referencia, la compostelana de 1888. Y dentro de su pintoresquismo y desapego por fabricar una fotografía, performance, en la que nada menos que aparece con un espíritu; el espiritismo finisecular iba de chic y estaba a la moda fashion. Entre sus cultivadores, jocosos sembradores por otra parte, destaco a Ramón María del Valle-Inclán, que fue un gran amigo de la fanfarria tal como los conocidos tertulianos Baroja, Rusiñol, Romero de Torres, Bargiela, Campos, Sawa y otros.
La influencia de lo hispanoamericano y de lo madrileño-andalú en La Casa de la Troya es notable. En este glosario se valora y se pone de evidencia en algún punto en el que se muestra que algunas de las trastadas que Lugín apunta como propias de Santiago y de los troyanos son muy similares a las que desenrolaron los tertulianos de la cervecería La Inglesa, el Café Levante, la horchatería La Candela, el Café Madrid y otros de la capital de España.
Lucindo-Javier Membiela
* Extraído del glosario de la Edición Mayor de La Casa de la Troya de próxima publicación.
* Retrato de Manuel Otero Acevedo.