«NOCTURNO»
Era de noche; la vacilante luz de los faroles reverberaba sobre las mojadas lozas de la calle y traída y llevada por el viento daba a las sombras oscilantes contornos fantásticos.
Nada alteraba el medroso silencio de la noche; sólo a intervalos se dejaba oír el áspero chirrido de la veleta que en lo alto de la torre seguía las variaciones del viento.
Dos bultos, blancos, ligeros, de brillantes pupilas y flexible andar, atraviesan la plaza, y saltando con danza flexuosa comenzaron un concierto de maullidos.
Oyóse un aleteo y desde el muro de un corral vecino lanzó un desaliñado cacareo un gallo trasnochador.
Los perros del barrio, no quieren ser menos y comenzó un destemplado concierto de perrunos ayes y ladridos.
Doce campanadas, iguales, monótonas, uniformes dejáronse oír, y el sereno bostezando soñoliento cantó con voz enronquecida por el aguardiente y por el frío.
Aaaaave María Purísima, las doce en punto; y lloviendooo....
Maullidos, cacareos, elucubraciones perruno-musicales, cantos serenos-aguardentosos....
¿Donde está el recogido silencio de la noche?
Perecito
Café con Gotas*, 5 de diciembre de 1886.
*Transcripción de Matías Membiela Pollán
*Edicción facsimil editada por la USC (1999). Grupo de Investigaciión Vallé-Inclán, Dirección de Margarita Santos Zás.