Don Trombón.
Estudiante desgarbado e inocente.
En Estudiantina, don Alejandro lo describe de una manera que le apunta como un parónimo del troyano Jesús Samoeiro.
La recreación del paizoco, el buenazo y el payasín que se novela en las obras de empeño y en muchos cuentos de Lugín es uno de los motivos de la época.
En fin, el payaso por antonomasia, en las novelas y en las crónicas y en la Ilustraciones, era el de procedencia rural. Incluso para los más destacables provincialistas de Cataluña, Vasconia y Galicia.
En el Madrid cosmopolita este estamento era multitud pues a los catetos de la villa integraba a los nacidos en Asturias, Galicia, Vasconia, Cataluña, León y Aragón.
Básteme añadir que los vates de referencia de estas regiones en algún momento también hicieron burla de sus paisanos. Quizás y sin quizás: los Arana, Trueba, Iparraguirre, Castelao, Maragall, Benjamín Jarnés, Pla y otros más fueron a caer en este pecado social.
Lucindo-Javier Membiela
*Obras completas de Alejandro Pérez Lugin (Madrid: Editorial Fax, 1945).